sábado, 12 de enero de 2013

Anarquía por norma

Ayer iba por la calle y una señora de cuarenta años (dato aproximado) cruzó un paso de cebra con el semáforo en rojo y, como es obvio, estuvo a punto de ser atropellada. Para colmo, la señora no tenía prisa porque andaba con toda la calma antes, durante y después de cruzar la calle.


¿A qué se debe semejante actitud? La única respuesta que se me ocurre es que la pobre e insensata mujer estaba determinada por la sociedad. Esta señora no tenía ninguna necesidad de arriesgarse a ser atropellada pero si cumplía las normas estaría atentando contra la segunda máxima de la población general (después de "no hacer nada si es posible"): "las normas están para no cumplirse porque a mí no me manda nadie"


La población que componemos no es anárquica por naturaleza pero la absurda forma de pensar de la sociedad es la que obliga a la señora protagonista de nuestra historia a no aceptar las normas propuestas por el poder.


Así es señores, si cumples las normas del Estado eres tonto, si cumples las normas de la sociedad eres anárquico pero al menos pareces listo, que cada uno escoja. Personalmente, prefiero parecer tonto y no arriesgarme a ser atropellado


Alvaro R

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